Si la Policía Local de Soria tiene su
origen en el “Reglamento para el Régimen del Cuerpo Municipal de Policía Urbana
de la Ciudad de Soria”, fechado a 10 de abril de 1908, muy pronto cumplirá los 110 años de servicio
a sus vecinos, en asuntos tales como la seguridad ciudadana y la seguridad vial,
entre otros. Algunos, por aquello de que la novela, el cine y la televisión nos
muestran a los policías como protagonistas que investigan los crímenes o héroes
que luchan por la paz, habrán deseado serlo alguna vez. Bien es cierto que “los
Municipales” son más humildes, frente a los Autonómicos, Nacionales o la Guardia
Civil. Y, sin embargo, tienen en Plinio,
el personaje creado por García Pavón, en tanto que Jefe de la Policía Municipal
de Tomelloso, al pionero de la novela policiaca española, alejado de los
estereotipos anglosajones. Jugosas anécdotas se podrían contar sobre nuestra
Policía Local. Como aquella de julio de 1963 en que 11 agentes aprendieron
francés para mejor atender a los turistas. Empero, quizás la más innovadora,
aunque fallida, fue la de convertirla en Policía Montada, como la de Canadá.
Por una parte en bicicleta, para así ahorrar gasolina. Por otra, a caballo,
para lo cual tuvieron que ir los agentes a la cuadra Antares a aprender a
cabalgar.
Pocos
guardias municipales había en un principio, pues la ciudad no alcanzaba los
10.000 habitantes y en ella casi todos se conocían. Pero, al incrementarse su
población, hasta los 38.881 actuales, el cuerpo reestructuró su organigrama con
Jefatura, Subinspectores, Oficiales y Agentes en diferentes secciones. Con unidades
de Servicios Generales, de Proximidad, de Intervención, de Control Urbanístico,
Administrativa, de Motos y de Paisano, incorporando efectivos hasta contar los
53 en plantilla, que no son suficientes. Ha habido bajas por jubilación y por enfermedad, y desde hacía 11
años no se convocaban plazas. Ahora se están cubriendo 5 + 5 y se ha sacado
incluso la vacante de su Jefatura. Aquí
el Plan de Empleo no permite listas de sustitución, y por todo ello se advierte
un cierto malestar en cuanto a acumulación de carga de trabajo.
El cuento de Gaya Nuño
“Etiqueta o uniforme” (1971) refiere lo acontecido con un amigo suyo al acudir
a un acto de la RAE ataviado con el uniforme de gala azul celeste de la Policía
Urbana de Soria y que armó un considerable revuelo.
José María Martínez Laseca
(8 de febrero de 2018)
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