Para esconder algo -casi todos lo saben- lo mejor es dejarlo a la vista, cual demostró Edgar Allan Poe con su cuento sobre la carta escondida. Digo “casi todos” porque caso de similar miopía se da en el Ayuntamiento de Soria. Me explico. Sostiene su Alcalde que no hay referencia formal en las actas del reconocimiento de Antonio Machado como hijo adoptivo de Soria y, en consecuencia, el pleno de hoy jueves, corregirá tan grave omisión. Y que lo hará por unanimidad. Lo habitual de las personas gregarias es sumarse al parecer mayoritario, resultando un acto heroico ser el único que mantiene una opinión distinta. Yo entiendo que aquí la evidencia salta a la vista de quien quiera verlo. Y no hace falta ser un Sherlock Holmes de la observación. Sobra con leer la literalidad del acuerdo de la sesión ordinaria de 16 de julio de 1932 que dice: “Homenaje al poeta Antonio Machado: Dada lectura de una proposición firmada por Don Bienvenido Calvo, Don Pelayo Artigas, Don Ricardo Vallejo y Don Manuel Ruiz, encaminada a hacer un homenaje a Don Antonio Machado, (…), por unanimidad se aprobó la proposición presentada y se acordó que pase a informe a la comisión de festejos para la organización del homenaje referido”. Vamos, por tanto, a la proposición que motivó dicho acuerdo. De ella entresaco este contundente párrafo: “La Ciudad de Soria reconocida al eximio Poeta Antonio Machado, por el bien que le ha hecho con su lira magnífica y su plectro inmortal lo declara hijo adoptivo”. Más claro, agua. El epicentro del mentado homenaje al poeta era precisamente tal declaración. Lo que nuestros ediles cuestionan.
Así, tal nombramiento -caligrafiado por Benito de Diego- se le entregó a Machado, en homenaje popular, el 5 de octubre de 1932 en la plazoleta de San Saturio. Toda la prensa (El Avisador Numantino, El Noticiero de Soria, El Porvenir Castellano, La Voz de Soria,…) dio fe de ello. Hay dos fotos del acto. Sus versos en la roca. Y una carta autógrafa, de 19 de agosto, del propio poeta agradecido: “el hijo adoptivo de vuestra ciudad ya hace muchos años que ha adoptado a Soria como su patria ideal”. Pocos hechos, pues, tan documentados. Empero, los revisionistas concejales del Ayuntamiento de Soria tienen pleno derecho a equivocarse: ¡por unanimidad!
José María Martínez Laseca
(14 de noviembre de 2013)
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