“Yo no sé muchas
cosas, es verdad. / Digo tan solo lo que he visto”, escribió el poeta zamorano
León Felipe en un poema sin título que concluía: “Pero me he dormido con todos
los cuentos… / Y sé todos los cuentos”. Otro tanto digo yo. Que he visto a más
de uno que presume de apolítico (o sea, que no muestra interés por los asuntos
relacionados con la política) y a la primera de cambio los ves incluidos en la
candidatura electoral que menos te esperabas de ellos. Otros hay que hablan de
apolíticos cuando lo que quieren decir es apartidistas (al no estar afiliados a
ningún partido político). En fin: dime de lo que presumes y te diré de lo que
careces. Que el hombre es un “zoon politikón” o animal político, como lo
definió Aristóteles. Lo que se debe a su dimensión social y política, toda vez
que, a diferencia del animal, crea sociedades y organiza su vida en ciudades
(polis). Como alguien advirtió muy bien: aquellos que son incapaces de vivir en
sociedad, o por propia naturaleza no la necesitan, son bestias o dioses.
Entrando más en materia, el martes 3
de noviembre de 2020 se celebrarán las
Elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Trump se presenta a la
reelección, mientras que el Partido Demócrata se halla enzarzado en primarias
para elegir a su candidato-contendiente. Está lejos, me diréis. Cierto, pero ya
Charles de Gaulle señaló que deberíamos participar en ellas, porque las
decisiones que allí se toman nos afectan muy directamente. Comprobado queda con
los aranceles o el 5 G. Más cerca nos pillan las Elecciones Autonómicas en
Galicia y País Vasco del próximo 5 de abril. Muy a tener en cuenta la lealtad y
adhesión incondicional al líder, que en España es el primer requisito para
sobrevivir. Véase si no el caso de Alfonso Alonso, decapitado por Pablo Casado en
el PP.
Tampoco deberíamos desinteresarnos tanto
como lo hacemos en seguir el rastro del dinero
que sale de las arcas públicas. Así, recién hemos sabido que la Junta de
Castilla y León gasta 820.000 euros al año en traer a sus despachos y llevar a
sus casas a 18 altos cargos. O que el Ayuntamiento de Soria aumenta su gasto en
personal de confianza y en las asignaciones a los grupos políticos en 300.000 euros
más al año. Ello pese al coronavirus y a lo que ha azotado y sigue azotando la
crisis económica. Casi igual que los agricultores, a los que les suben los
costes de producción y les pagan por sus productos lo mismo que hace veinte
años. Insostenible.
José María
Martínez Laseca
(27 de febrero de
2020)