Desde que se celebraron las
últimas Elecciones Generales, el pasado 20-D de 2015, hasta la fecha, han
transcurrido más de 100 días sin que se haya logrado, todavía, formar un nuevo
Gobierno en España, ya que el intento de investidura como Presidente
protagonizado por Pedro Sánchez del PSOE (90 escaños), con el solo respaldo de
C´s (40) y CC (1), resultó fallido en sus dos votaciones, consiguiendo 131
votos a favor, en la segunda, muy lejos
de la mayoría requerida, pues todos los demás, 219 escaños del PP (119),
Podemos (65), ERC (9), DL (8), PNV (6) y Grupo Mixto (12), votaron en contra. Sigue, pues, la situación de
impasse. Con el anterior equipo de Gobierno del PP, y Mariano Rajoy a la
cabeza, en funciones. Y se da la curiosa circunstancia de que, en clara
demostración de prepotencia, este se niega a rendir cuentas de su gestión ante
el Parlamento al considerarse en situación excepcional. Ocurre que los
Diputados y Senadores electos, ya posesionados en sus cargos, se encuentran
cobrando sus sueldos, sí, pero con su empleo relajado, al no poder ejercer ningún
control y carentes de sentido sus iniciativas, ya que nadie está obligado a
cumplirlas.
Ha pasado también el paréntesis
vacacional de la Semana Santa.
De pasión, muerte y resurrección de Jesucristo para los creyentes cristianos.
El que suele servir, por añadidura, como tiempo de reflexión y meditación para muchos. Estamos en primavera de regeneración plena de
la naturaleza que se quedó mortecina por el invierno. Y pareciera que, con el
brotar de las margaritas y los lirios, los líderes políticos nos traen un soplo
de esperanza. Vuelven a encontrarse y verse. Sánchez con Iglesias, aunque uno
pide el pacto por el cambio y el otro a la valenciana. Ello frente al
tancredismo de Rajoy, con su repetido mantra de ser la fuerza más votada y clamar
por esa gran coalición (PP+PSOE) a la alemana. (No es consciente del cáncer de
corrupción que padece el PP al que, por falta de prevención, solo cabe aplicarle
radioterapia y cirugía. Ni tampoco de la mala herencia que deja). Pese a los
recelos de C´s, pronto habrá una reunión a tres bandas, tratando de superar
dificultades en pos de alcanzar el acuerdo y elegir un Presidente. Abril
significa abrir. Si no fuera así, aunque digan no quererlas, se convocarán
nuevas Elecciones Generales para el 26 de junio.
José María Martínez Laseca
(7 de abril de 2016)
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