Querido diario: cual cetáceo varado en la playa de esta primavera tarda -pero tan dulce cuando llega-, el invierno da sus últimos coletazos, y la nieve enjalbega el carmín de los tejados. “Adelantaron / las lluvias, y el Gobierno, / reunido en Consejo de Ministros, / […] / se limita a esperar que la tormenta pase / y llegue el día, el día en que, por fin, / las cosas dejen de venir mal dadas”, según poetizara Gil de Biedma. Que, por aquí, las lluvias han ido haciendo estragos con sus aguas resueltas por el Duero, el Ucero y sus afluentes, arroyos o acequias. Otro efecto: goteras. En el moderno Polideportivo de San Andrés. ¿Cómo es posible?, a no ser por licitaciones a la baja, algo que pudo afectar al enlosado de la calle San Juan.
Azota esta maldita crisis. Jóvenes, sin futuro, obligados a exiliarse (“No nos vamos, nos echan”), igual que sus abuelos. Si aquí, a ocultar puestos de trabajo con becas o minisalarios. Mejores políticos y más política nos hacen falta. Esta como fin y no como instrumento de la economía. Sin política no hay nada. La democracia es libre y por ello arriesgada y exige responsabilidades. A los políticos, y a todos. La irresponsabilidad caprichosa, que cree que todo es gratis, ya habitó entre nosotros. Sin deberes no cabrían derechos. Tan sagrados como la educación, la sanidad y las pensiones, ahora tan agredidos. Tome nota el PP del varapalo judicial a los programas de ajuste, en Portugal, vulnerando el principio de igualdad al afrontar los sacrificios. Sin impuestos mutaríamos en depredadores. Pero, en España, el Estado es de los menos redistributivos de riqueza. Aquí, el 90% de la recaudación por IRPF proviene de los asalariados, que somos los únicos “paganos”, sin que aflore el dinero negro de los ricos. Que no es Montoro todo lo que reluce. Y sin libertad de prensa nos convertiríamos en esclavos. Aunque, a ríos revueltos, ganancia de aduladores que, como Ícaro, pierden las alas de su credibilidad de tanto arrimarse al sol pudiente.
Estrenos. Próximamente: proyecto de Ley de Emprendedores. ¿Sueños?. “Más cine por favor, que todo en la vida es cine y los sueños, cine son”. Pero en Soria puede darse su apagón. En fin, ¡habemus jurados: 11!
José María Martínez Laseca
(11 de abril de 2013)
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